Esto sucedió cuando yo tenía 17 o 18 años, pero son cosas que no se olvidan nunca. Faltaban dos días para que mis padres regresaran de Capital, por lo que me encontraba a solas en la quinta. Mi madre había dejado con llave la puerta de su dormitorio, porque tenía la sospecha que yo una vez había usado unos zapatos de ella. Pero yo me las rebusqué igual. Yo tenía escondida una falda escocesa que le había sacado a mi prima y en el depósito había unos mocasines de mujer con un moñito en la capellada que habían sido de mi hermana y ya no usaba. Esa mañana yo estaba sentado en la galería con la falda puesta y los mocasines. Tambien me había puesto unas medias largas de color negro.
De pronto escucho el motor de un vehículo y pegué un salto y me metí adentro. Era el chico del reparto de gas que venía a cambiar los tubos. Él ya me había visto antes con falda y hasta con tacones y llegamos a unos tímidos manoseos, pero yo todavía sentía vergüenza en mostrarme así vestido.
Llegó con la camioneta hasta donde estaba la cabina del gas, y le costo bastante por el barro que había. Yo fui hasta el ventanal y corrí un poco la cortina para poder mirar bien. Podía ser que cuando maniobrara para pegar la vuelta se atascara. Bah, para decir la verdad, yo estaba rogando que se atascara. Cambió los tubos, subió los vacíos a la camioneta y se dispuso a marcharse. Yo estaba con la cara pegada a la ventana y ya con la pija dura esperando la maniobra.
¡Y se me dio!. Cuando le dio en reversa para pegar la vuelta se atascó. Las ruedas traseras habían llegado al lugar donde el suelo era más blando y yo veía como se hundían. Obviamente cuando aceleró, se quedó atascado. las ruedas giraban y no podía salir. Intentó varias veces hacia ambos lados, pero cada vez se enterraba más. Yo ya tenía la mano bajo la falda y me estaba masturbando frenéticamente. Acabé como un caballo, dejando el vidrio y la cortina llenos de semen. ¡Y todavía faltaba lo mejor!.
Me estaba limpiando cuando escucho que golpea la puerta de la galería. Me sobresalté, y no sabía si atenderlo así vestido. Debería haberme cambiado, pero la calentura todavía me duraba y abrí tal cual estaba. Me dijo que se había atascado y me pidió una pala. Yo se la alcancé y vi que me miraba las piernas, pero no dijo nada. Quizás su preocupación lo tenía mal. Sacó un poco de barro de las ruedas y volvió a probar, pero sin resultado alguno. Seguía atascado.
De pronto me hizo una seña para que fuera y yo me acerqué tímidamente. Me preguntó si sabía conducir, y le dije que sí. Me preguntó si me animaba a acelerar la camioneta mientras el empujaba para ver si podía sacarla. Rápidamente le dije que sí y me subí al vehículo. Me dijo que acelerara hacia adelante y hacia atrás y el empujaría de costado. Comencé a maniobrar y sentía las ruedas girando a full. Al mismo tiempo veía mis pies con los mocasines de mujer sobre los pedales y la falda que se me subía al moverme en el asiento. Y seguía atascado. Además lo veía a él empujando con sus brazos musculosos ¡Fue cómo tocar el cielo con las manos!. Y la cosa mejoró.
La camioneta casi sale para un costado y el me dijo que parara. Me hizo correr a un costado del asiento y tomó el el volante. Yo creí estar en la gloria. Con mi falda y mis zapatitos de mujer, junto a un chico que trataba de sacar la camioneta del atasco. Ya tenía la pija dura de nuevo y con cada acelerada me temblaba. No pude aguantar más y comencé a tocarme. Él se dio cuenta y me preguntó si estar "atascada" con él me excitaba. Le contesté que mucho. Entonces sacó su pija del pantalón y me dijo que atendiera también la suya. No lo podía creer. Estaba en una camioneta atascada, escuchando girar las ruedas en el barro, y con una pija en cada mano.
De pronto la camioneta salió del barro y la frenó más adelante, pero me dijo que continuara. Ya más distendido acabó enseguida. Yo tardé unos segundos más y también acabé. Nos bajamos y después de lavarnos, me dijo que se tenía que ir porque estaba retrasado en el reparto. pero que iba a volver cuando pudiera. Por distintas circunstancias nunca más lo vi, pero bien que lo recuerdo. Al día siguiente fui a ver las huellas dejadas por las ruedas en el barro y me masturbé como loco.
Espero la lean y les agrade. Les aclaro que solo escribo historia verdaderas. Por ese motivo no pongo diálogos. Es poco probable que me acuerde las palabras dichas o escuchadas hace tanto tiempo.